Torre de Londres

Torre de Londres



La Torre de Londres, oficialmente el Palacio Real y Fortaleza de su Majestad, es un castillo histórico situado en la ribera norte del río Támesis en el centro de Londres.
Desde al menos 1100, el castillo fue usado como prisión, aunque no era este el propósito primario.
Hoy la Torre es básicamente una atracción turística. Además de los edificios se pueden ver las Joyas de la Corona Británica, una colección de armaduras reales y restos de la muralla romana.
El control de la Torre corre a cargo de los Alabarderos, conocidos popularmente como Beefeaters, que actúan como guías turísticos siendo ellos mismos una atracción. Cada tarde los guardias participan en la ceremonia de las llaves que asegura la Torre durante la noche.
Según manda una antigua tradición, si los seis cuervos que se mantienen en la Torre desaparecieran algún día, se caería la Torre, y con ella la monarquía.

Historia

Al parecer, los primeros habitantes de la región que ocupa Londres actualmente han sido unas tribus celtas. Sin embargo, podemos considerar que el verdadero origen de la ciudad se remonta al año 55 a.C., cuando el romano Julio César llegó a la zona y decidió crear un puerto al que llamó Londinium (algo así como "fuerte del lago" en bretón), en la ribera norte del estuario del Támesis. La ciudad se desarrolló; se construyó un puente sobre el río y Londinium se convirtió en el punto comercial más importante en ese sector del imperio. Los romanos levantaron un templo en honor de Mitra y una gran muralla perimetral; algunos de sus vestigios son todavía visibles hoy.


Las invasiones:  En los siglos III y IV d.C., los romanos, amenazados por el norte, abandonaron la ciudad, pero el comercio siguió prosperando. Sin embargo, las invasiones de pueblos nórdicos destruyeron buena parte de la ciudad, período que se conoce como "Dark Age", época oscura. En el año 796, los anglosajones ocuparon el país y establecieron en Londres la residencia real. Medio siglo antes de la llegada de los normandos, Eduardo el Confesor construyó su propia abadía y palacio en Westminster. La ciudad renació económicamente y se erigieron suntuosos monumentos, como la White Tower en el siglo XI. Luego de las victorias de Guillermo el Conquistador, la ciudad se convirtió en capital del país.



La Edad Media A partir del siglo XI, la ciudad se llenó de casas, iglesias y monasterios de madera de estilo normando. Se desarrolló considerablemente el comercio marítimo y la población aumentó. En 1215, Juan sin Tierra otorga a la ciudad el derecho a elegir su propio gobierno, dándole así cierta independencia política. En los tiempos de la casa Tudor y los jacobinos, Londres siguió prosperando, pese a la peste que mató la mitad de la población en el siglo XIV y a la Guerra de las Dos Rosas, una lucha a muerte por el poder. Se edificó el barrio de Westminster y en el siglo XVI, Enrique VIII creó la Iglesia Anglicana. Culturalmente la ciudad también crecía: eran los tiempos de William Shakespeare.


Los tiempos de bonanza acabaron cuando una serie de problemas y malestares sociales en 1649 empujaron a los londinenses a hacer la revolución y decapitar a Carlos I en Whitehall. En 1665, 100.000 personas murieron a causa de la Gran Peste y para colmo de las desgracias, al año siguiente un incendio, el Gran Incendio de 1666, que duró 4 días, destruyó el 80% de la ciudad y no quedó mucho del Londres medieval que llegara a nuestros días.

Londres resurgió de entre sus ruinas. Christopher Wren fue el encargado de la reconstrucción, favorecida por la llegada al trono de Marie II Stuart. Surgen los barrios burgueses de Marylebone, Chelsea, Greenwich y Kensington, se erige la catedral de Saint Paul, se construyen puentes sobre el Támesis, se instala agua corriente, alumbrado público a gas y aparecen los primeros transportes comunes, especialmente fluviales.

 La era Victoriana: con el coronamiento de la reina Victoria en 1837 comenzó la época de mayor esplendor y apogeo británicos. La ciudad devino centro de la economía mundial, se modernizó y aumentó su población debido al éxodo rural (irlandeses y judíos de Europa Oriental, especialmente), hasta alcanzar los 6 millones de habitantes a comienzos del siglo XX. La Revolución Industrial provocó la aparición de barriadas pobres en el East End, en cuyas calles Jack el Destripador sembraba el terror en 1888 y que Charles Dickens describió en sus novelas. En contraste, los aristócratas y nobles del West End organizaban la Exposición Universal e instalaban el metro. La familia real se mudó al Palacio de Buckingham, en el corazón de la ciudad.

Las Guerras Mundiales:  La ciudad fue muy tocada por la Primera Guerra, que marcó el fin de la era victoriana, debido a la gran recesión. Sólo se recuperó en la década del '30 con un desarrollo espectacular y un aumento de población en los alrededores, ligado a la mejora en las condiciones de vida. La segunda guerra frenó su crecimiento y la ciudad fue gravemente bombardeada por los alemanes en 1941. Muchos monumentos históricos fueron dañados y algunos barrios literalmente desaparecieron. Alrededor de 30 mil personas murieron.

 En 1952, la reina Elisabeth II llegó al trono e intentó modernizar la ciudad, pero los daños ocasionados por los ataques eran muy serios. No fue posible recuperar los muelles, con lo que debieron resignar reflotar el puerto y fue trasladada su actividad a Tilbury. La población se expandió hacia la periferia, dando origen al Greater London. Se edificaron con rapidez viviendas sin estética y modestas urbanizaciones en las zonas desvastadas. Poco a poco, la ciudad se volvió un polo financiero, atrayendo miles de trabajadores cada día. Comenzaron a aparecer los primeros rascacielos, aunque sólo algunos pocos podrían calificarse de espectaculares. A fin de los años '50, Londres se volvía una capital moderna, cosmopolita y multicultural.

 En 1979, Margaret Thatcher fue nombrada Primer Ministro y encaró la liberalización del correo, transporte, etc. Pero en 1990, una gran protesta en Trafalgar Square la obligó a renunciar. El año 1992 fue marcado por la sorprendente elección de John Major en 1992 y el comienzo de los problemas con el IRA irlandés, que hizo estallar dos bombas en el centro de Londres. En 1997, el electo Tony Blair, del partido laboral, puso fin a 18 años de conservadores en el gobierno, mismo año en que moría Lady Diana.

En el nuevo siglo, Londres parece recuperar su fama de ciudad alegre. La construcción del Millenium Dome, en Greenwich, el London Eye, la Tate Modern (a la que se accede por el puente del Millenum), y la creación del Gran Patio del Museo Británico son muestras de su proyección a los nuevos tiempos.

Abadia de Westminster

La Abadía de Westminster o Iglesia colegiata de San Pedro de Westminster (en inglés:Westminster Abbey) es una iglesia gótica del tamaño de una catedral. Es el lugar tradicional para las coronaciones y entierros de los monarcas ingleses. Está localizada en Westminster, Londres, al lado del Palacio de Westminster.


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 Historia de la abadia:

De acuerdo con la tradición, en el año 616 se fundó un santuario en el lugar conocido como "Thorney Island". Se dice que fue milagrosamente consagrado después de que un pescador del río Támesis tuvo una visión de San Pedro. Aunque la existencia del santuario es incierta, la abadía histórica fue construida por Eduardo el Confesor entre los años 1045 y 1050 y fue consagrada el 28 de diciembre de 1065. Eduardo construyó la catedral al faltar a un voto en el que prometía realizar una peregrinación; el papa le aconsejó redimirse construyendo una abadía.
La abadía original, en estilo románico, fue construida por los monjes benedictinos. Se reconstruyó en estilo gótico entre 1245 y 1517. La primera fase de la reconstrucción fue organizada por el rey Enrique III, como un santuario en honor a Eduardo el Confesor. Los trabajos finalizaron durante el reinado de Ricardo II. Enrique VII añadió una capilla dedicada a la Virgen María en 1503 (Capilla de Enrique VII).
Aunque la abadía estuvo sitiada por Enrique VIII durante la disolución de los monasterios en 1534 y cerrada en 1540, hasta 1550 se convirtió en catedral y se salvó de la destrucción gracias a sus conexiones con la realeza.
La expresión inglesa "robbing Peter to pay Paul" (traducida al castellano: robar a Pedro para pagar a Pablo) procede de este período cuando el dinero destinado a la abadía, dedicada a San Pedro, se destinó al tesoro de la Catedral de San Pablo.
La abadía volvió a manos de los benedictinos bajo el reinado de la reina María quien murió en 1558 durante el reinado de Isabel I y posteriormente enterrada en la misma abadía. En 1579, la misma Isabel I, la recuperó convirtiéndola en la "Iglesia Colegiata de San Pedro".
En 1640 sufrió diversos daños al ser atacada por puritanos pero fue protegida de nuevo por sus estrechas relaciones con el estado. Oliver Cromwell recibió un fastuoso funeral en la abadía en 1658 para ser desenterrado en enero de 1661 por orden de Carlos II.
Las dos torres situadas al oeste de la abadía se construyeron en 1722 por Christopher Wren y Nicholas Hawksmoor; están hechas con piedra de Portland y son un ejemplo de la revitalización del diseño gótico. En el siglo XIX se realizaron diversas reformas.